Vacaciones

Ayer reservé el hotel en el que pasaré mis primeras vacaciones en la playa en años. Nunca había hecho esto.
De pequeña sí, posiblemente, aunque nosotros no éramos de turismo de playa.
Escribí, medio en broma medio en serio, «El placer de ser una señora y reservar vacaciones ad hoc»; pero lo que quería realmente decir lo confesé un rato más tarde en una conversación de Whatsapp: «Tengo muchas ganas de ir a la playa yo, y de llevar a H., y de saltar olas, y de torrarme al sol, y de hacer castillos, y de todas esas cosas típicas de las vacaciones en el mar.» Y es verdad. Espero poder ir al restaurante del pollo asado que hay detrás de la playa si mi memoria no me falla y la crisis no ha obligado a cerrarlo.
Mi aspiración de vacaciones es normalidad.

40 años hasta ser consciente.

Además he decidido que no voy a trabajar. En total serán 8 días sin emails ni mensajes. ¡Madre mía, qué nervios!

Llevo queriendo ir a la playa cinco años y, por H o por B, no he podido. Este año sí.
Cruza los dedos conmigo para que pueda ser.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *