Llevo más de un mes sin escribir. Siempre corriendo a la cama para consolar a H. que se despierta llorando o, simplemente, dice con su vocecita asustada «mamá». Y yo voy.
«Mamá». Hace dos años me hicieron la primera ecografía. Solo era un puntito dentro de una bolsa. Parecía un ratón.
«Mamá». H. ha perfeccionado en España la técnica de levantarse sola y de moverse sobre los dos pies sobre la cama. En el suelo duro le da más miedo, pero cada vez parece más segura.
«Mamá». Mi madre está cada día más mayor. Dice que H. le da vitalidad, pero yo sospecho que se la roba. No le digo nada, no vaya a ser que se dé cuenta y decida que no quiere que vengamos un mes a verla.
«Mamá». La hija de mi amiga del instituto mira a mi amiga del instituto, la del pelo corto y pinchos en la cabeza. No la ve, claro. Ella solo ve a su madre, la mujer de casi 40 con el pelo por la cadera y alguna arruga más que mi amiga del instituto.
«Mamá». I. acaba de nacer y pronto llamará así a V. De momento es E. quien utiliza el nombre.
«Mamá». Solo puede ser un apodo si no lo eres de verdad. Busco qué tipo de palabra es. Sí, ya sé que es un sustantivo. No es nada, solo un sustantivo. Si acaso un término coloquial o infantil (la RAE tiene unas cosas…).
