que se me ha ocurrido mientras daba de mamar a mi hija.
He archivado todos los correos de mi bandeja de entrada.
Quizá te preguntes por qué lo he hecho. La respuesta es muy sencilla, eran más de 14 000, un número inabarcable en este momento de mi vida (no sé hay quien pueda procesar esa cantidad, pero desde luego yo no o, al menos, no ahora).
¿Por qué te cuento esto? Primero de todo porque estoy orgullosa. Y contarlo me hace sentir bien. El tema del correo sin leer me estaba agobiando y por fin he hecho algo. Como dicen los marketers, he puesto acción.
Confieso que me da bastante gustito ver la bandeja a cero.
Los siguientes pasos son:
- Crear las carpetas que necesito (o a reutilizar las que ya tengo, ya veremos). Deben ser lo más simple posible.
- Procesar los emails de cada día y dejar la bandeja limpia. Además de darme una idea del tiempo que consumo con ellos, creo que es la mejor manera de descartar newsletters o aprovecharlas, en función.
Veremos que hago con los emails de las distintas membresías a las que pertenezco, que suelen llegar por partida doble, los propios de la membresía y los de la lista de correo general.
Esto me da mucha rabia. ¿No sería más inteligente no saturar la bandeja de correo de la peña que ya te paga por recibir otros? La primera vez que me sentí así fue con unos textos que me supusieron un gran quebradero de cabeza porque no tenía manera de saber cuáles eran los de pago y cuáles no (evidentemente no aguante mucho en el servicio, pero los primeros seis meses se pagaban por adelantado). - Cada día procesar una parte de los emails archivados. Es decir, decidir si tengo que eliminarlos, guardar la información o guardar todo el email.
Bien mirado, no parece difícil ¿no?
La organización es una de las cosas que más importantes me parecen a la hora de emprender. La de tiempo que pierdo buscando documentos y correos no puede ser bueno.
Y tú ¿Cómo gestionas el correo? ¿Es también un campo de batalla o tienes otros?